viernes, 5 de septiembre de 2008

Este adiós no maquilla un hasta luego...

“Ésta vez no voy a agradecer,
El tiempo, la paciencia, el amor,
No se agradecen, sólo se corresponden,
Y ya pesará en nuestras propias conciencias
Si de verdad lo hicimos.
Sólo recuerda que mi cariño y pensamiento
Estarán siempre contigo cuando los necesites
Y cuando no lo hagas
Velarán para que estés bien”

Ahora tu foto se ahoga dentro del envase del yogurt que me armó de valor para saber tu respuesta,
Seguramente, la foto que guarda el recuerdo de un viaje, dentro del cuadro de la última vez que se nos vio enamorados, pasará a traspapelarse entre las hojas usadas de alguna libreta vieja.
Quizás mañana tu nombre se quede atorado y no pueda salir por culpa del nudo en mi garganta y no pueda ni hablar de ti, y me pese tu recuerdo, y me gane la nostalgia, y me queme el frío en estos brazos que se quedaron con ganas de estrecharte por última vez.
Estoy lista para regalarte, atadas con una cinta de color rojo, las últimas lágrimas que estos ojos derramarán por ti; y estoy dispuesta a perderme en el abismo de tu recuerdo, con la esperanza de que algún día, el Padre tiempo que tan sabio es, me diga que esto que hoy duele tanto, fue lo mejor para los dos.
Tendré que darme mi tiempo de chica mazapán y no entregar el corazón para que no lo rompan en pedazos, una vez más, mientras recuerdo lo que es y me acostumbro no a una vida sin ti, por que en realidad nunca hubo una, sino a estar sin alguien a quien tenga que vigilar 24 horas al día, para que una vez habiéndote llorado a mares un tiempo indefinido, haga un nudo a la cinta roja y te regale mis lágrimas junto con el trozo de corazón que te corresponde y quizás, devolverte el poco o mucho que tu me diste.
Estoy segura de que este escrito, igual que nuestra historia, no tendrán un final definido, y quedará para nuestras conciencias e imaginaciones, saber cuál es el mejor.

No hay comentarios: